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En recuerdo del Profesor H. Fuentes Aguilar (1938-2021)

Semblanza del Prof. Ramón H. Fuentes Aguilar, por Héctor Daniel Farias

Héctor Daniel Farias es Profesor Titular e Investigador en IRHi – FCEyT – UNSE, miembro honoario de la IAHR y Secretario Permanente de la IAHR-LAD

Profesor Ramón H. Fuentes AguilarConocí al Profesor Ramón Fuentes a fines de 1984, en ocasión del Congreso Latinoamericano de Hidráulica celebrado en Buenos Aires, Argentina. Yo era un estudiante del último curso de Ingeniería Hidráulica de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE), en Argentina, y, gracias a los buenos oficios y gentileza de Raúl Lopardo, pudimos ingresar como “oyentes” a presenciar las sesiones técnicas de dicho Congreso. Curiosamente, al ingresar al Congreso la primera exposición que me tocó presenciar fue la de Ramón, quien exponía un trabajo sobre vertederos auto-regulados. Quedé fascinado por su forma de exponer, presentando los conceptos con una inigualable simpleza y precisión, pero fundamentalmente con una serie de gestos “descontracturados” que lo hacían único en ese sentido. Por supuesto que me dediqué a “perseguir” los movimientos de Ramón en cada oportunidad que podía durante el Congreso y en las visitas técnicas a los Laboratorios de Hidráulica de Ezeiza y La Plata, “observándolo” desde una distancia prudencial, y tratando de asimilar cada uno de sus siempre “jugosos” comentarios sobre los experimentos y modelos que visitábamos, aunque sin imaginarme que años más tarde me iba a reencontrar con el como su estudiante de posgrado.

Puedo asegurar que mi presencia en ese Congreso fue absolutamente determinante para mi futura carrera, al haber conocido no sólo a Ramón, sino a una gran cantidad de destacadísimos investigadores que posteriormente serían apreciados colegas, pero por sobre todas las cosas, amigos eternos (puedo mencionar a Raúl Lopardo, Alfonso Pujol, Julián Aguirre Pe, José Antonio Maza, Alejandro López, Luis Ayala, Hervé Jégat, entre muchos otros).

Me reencontré con Ramón en 1989 en Mérida, Venezuela, cuando llegué para cursar mi Maestría en el CIDIAT-ULA (Universidad de Los Andes). Mi contacto allí fue Julián Aguirre, quien el mismo día de mi llegada me llevó al Laboratorio de Hidráulica de la “Cruz Verde”, a orillas del Río Albarregas. Mientras íbamos en el auto de Julián, yo alcancé a comentarle que estaba estudiando unos temas de la teoría del régimen para canales aluviales estables, y el me respondió: “justamente, ahora estamos con una línea de investigación en esa temática… Ahora le presento al profesor que está conduciendo ese proyecto…”. Llegamos al Laboratorio, y luego de subir unas escaleras, llegamos a “La Jaula”. Allí, detrás de unas pilas de papeles dispersas sobre un escritorio totalmente desordenado, entre el humo de su pipa, estaba trabajando Ramón. Había llegado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en Caracas, para instalarse en la ULA por un tiempo, para trabajar a la par de Julián en una serie de proyectos de Hidráulica y Mecánica de Fluidos de interés común. Cuando menciono “La Jaula” me refiero al “cubículo” de Ramón en el Laboratorio. Era una especie de ático del Laboratorio, de unos 3 m x 3 m, ubicado en un nivel superior de la estructura metálica de la nave del laboratorio, quizás inicialmente destinado a guardar allí elementos sobrantes de los modelos e instalaciones experimentales, al cual se accedía a través de una escalera metálica muy precaria y empinada, pero Ramón la adoptó para instalar allí su “box”, el cual estaba materializado por unas “paredes” formadas por estantes atestados de libros y reportes científicos y técnicos, un escritorio desordenado y una pequeña computadora que Ramón ya usaba entonces para escribir sus programas de cálculo y graficación. Seguramente, muchos amigos que habrán podido visitar a Ramón allí saben que en realidad ese lugar era una verdadera usina de conocimiento, desde la cual emanaban a borbotones las geniales ideas que producía a diario para abordar los múltiples y variados problemas que se estaban investigando por aquellos días en el Laboratorio.

Ese contacto con Ramón fue “mágico”. Nos quedamos conversando por más de dos horas sobre temas de hidráulica fluvial, y la charla sólo se dio por concluida porque Ramón tenía que terminar de preparar una conferencia sobre la vida y obra de Galileo, que debía dictar al día siguiente en el Observatorio Astronómico de Mérida. Ese encuentro fue muy significativo para mi vida profesional, porque más allá de acordar que el sería mi director de tesis de posgrado, marcó el inicio de una relación muy estrecha con Ramón, que se extendió por más de treinta años, compartiendo colaboraciones científicas y académicas, hermosos momentos en Congresos y encuentros en varios lugares del mundo, y visitas familiares.

Escribir sobre las cualidades académicas y científicas de Ramón seguramente me llevaría muchísimas páginas. Sólo puedo citar algunas frases pintorescas de ciertos colegas y amigos (por ejemplo, José Luis López) que calificaban cariñosa y respetuosamente a Ramón como una “enciclopedia viviente”, ya que, ante cualquier discusión de tópicos de hidráulica y mecánica de fluidos, siempre traía a la mesa (de memoria) las fuentes bibliográficas más representativas sobre la cuestión que se habían publicado hasta la fecha, con comentarios tales como “…. en efecto, hay un artículo que publicó Mengano, en colaboración con Zutano, en el año X mientras estaba trabajando en tal lugar. En ese artículo, antes de las conclusiones, hay un gráfico de la variable Y versus la variable X, en el que la nube de puntos experimentales muestra la tendencia de comportamiento, que usted está observando…”. Cuando uno iba a la biblioteca y encontraba el artículo en cuestión, podía comprobar exactamente lo que Ramón había comentado. Me pasó eso muchísimas veces, y se me hizo costumbre, mientras trabajaba con él, consultarle sobre la literatura esencial para abordar un determinado tema, y la lista venía acompañada por un conjunto de anécdotas y vivencias personales en el “estudio de casos reales”, que les conferían un valor agregado muy especial a esas fuentes bibliográficas. También me ocurrió en múltiples ocasiones que le comentaba a Ramón que estaba con dificultades para conseguir algún libro raro fuera de catálogo, y la próxima oportunidad en la que nos encontrábamos en algún congreso o reunión, me decía “tengo un obsequio para usted, ya lo bajo de la habitación…”, y era ese libro en original (o, en el peor de los casos, una copia de calidad prolijamente encuadernada).

el profesor Ramón Fuentes Aguilar y el profesor Héctor Daniel Farias en Buenos Aires en 2018, durante el Congreso Latinoamericano de Hidráulica.En cuanto a los aportes de Ramón al conocimiento científico de múltiples temas de mecánica de fluidos e hidráulica, podríamos escribir varios volúmenes. Sólo puedo mencionar que, a lo largo de cinco décadas, sus contribuciones han sido valiosísimas en tópicos muy variados, reflejados en libros, artículos, presentaciones en congresos y reuniones, conferencias, apuntes y notas, etc., pero quienes trabajamos cerca de él también sabemos que Ramón fue pionero en muchas ideas que luego aparecieron publicadas en revistas científicas muchos años después. Me ha tocado leer recientemente muchos artículos sobre la velocidad de sedimentación de partículas, la “racionalización” de la curva de Shields, el movimiento incipiente de sedimentos gruesos, perfiles de velocidad en flujos macro rugosos, funciones de transición para representar múltiples problemas de capa límite, fases en la evolución temporal del proceso de socavación local, y muchísimos más, en los que me consta que Ramón ya había desarrollado esas ideas décadas atrás, en varios casos sin llegar a publicarlas. Otros aspectos que quizás pocos conozcan era que Ramón también fue un pionero en el uso de recursos informáticos como ayuda para el procesamiento de datos experimentales y también para cálculos avanzados en problemas de hidráulica, para lo cual usada una antigua computadora con tecnología previa a la irrupción a escala global de la PC. Para ello, resultaba de gran utilidad, su manejo fluido de matemáticas avanzadas y análisis numérico. Recuerdo varias “trasnochadas” muy fructíferas en el Laboratorio de la Cruz Verde escribiendo programas con Ramón y mi buen amigo Henri Slezinger para poder analizar el comportamiento de datos experimentales que se obtenían allí en Mérida. Puedo afirmar que en aquellos años Ramón estaba consagrado a la producción científica y la generación de ideas innovadoras era inagotable, habiendo conducido en la ULA tesis y trabajos de promoción de profesores que se cuentan por docenas.

En la foto: el profesor Ramón Fuentes Aguilar y el profesor Héctor Daniel Farias en Buenos Aires en 2018, durante el Congreso Latinoamericano de Hidráulica.

Con respecto a los rasgos particulares de la personalidad de Ramón, aunque en algunos ámbitos se haya difundido la idea de “personaje difícil” (quizás “áspero”), a raíz de la imagen que se dejaba traslucir por sus participaciones “incisivas” (pero apasionadas) en las sesiones técnicas de los congresos, una vez que se lo trataba se descubría que en realidad era una persona sumamente cálida y gentil, de gran generosidad, y con un particular sentido del humor, no exento de ironía y “acidez”, pero siempre en el buen sentido. Las charlas con Ramón siempre estaban matizadas (más allá del estricto rigor de la información que proporcionaba) con datos y anécdotas muy pintorescas, habitualmente condimentadas con metáforas de color sumamente atractivas, que hacían las delicias de sus ocasionales interlocutores. En los “coffee-breaks” de los congresos era común ver ruedas de numerosos colegas y amigos festejando alguna humorada o comentario irónico…. Casi con seguridad, en el centro de ese grupo estaba la figura de Ramón.

Las contribuciones de Ramón a la IAHR han sido inconmensurables, a través de las cinco décadas de participación activa en todas las actividades de la Asociación, desde la División Latinoamericana (LAD) hasta los máximos niveles dirigenciales. Se puede afirmar que el éxito casi garantizado (en cuanto a asistencia y calidad de las contribuciones) de los Congresos Latinoamericanos de Hidráulica es una suerte de “marca registrada” y sello distintivo de la IAHR-LAD. En ese sentido, el accionar de Ramón (como histórico Secretario Permanente y luego como Miembro Honorario) ha jugado un rol preponderante, a través de su particular impronta, dejando una huella indeleble en esos encuentros periódicos de colegas y amigo de las ciencias del agua.

La figura y el genio del querido Profesor Ramón Fuentes permanecerá imborrable en la memoria de varias generaciones de ingenieros e investigadores de la ciencia hidráulica que tuvimos la oportunidad de conocerlo y disfrutar de su inigualable talento y su particular calidez y generosidad. 

Recuerdo de Alejandro López Alvarado

Alejandro López Alvarado. Santiago, Chile 

El CV de Ramón es impresionante, y tal vez refleja lo que todos sentimos por su aporte a la ciencia del agua y los fluidos la frase que envió el Dr. Raúl Lopardo “Se ha perdido un notable genio, que siento que será irrepetible e inalcanzable”.

Pero también quiero hablar de mi amigo con quien, no sólo compartimos trabajos en el laboratorio de la Universidad de Chile y en asesorías, sino momentos familiares y personales tanto gratos como momentos menos gratos.

Una de las características personales de Ramón era su profunda conmiseración ante las personas mendigantes y su lealtad sin límites con sus amigos. En esta veta de su ser se reflejaba la profunda admiración que sentía por San Francisco de Asís.

Discutíamos con Ramón pues él me decía “yo no soy caritativo como tú” esto es en relación a las relaciones personales, pero yo le rebatía. Pues Ramón era de una gran generosidad con sus amigos y hacía suyas sus preocupaciones, pero era implacable con quien o quienes dañaran a sus amigos.

Personalmente, entre los muchos actos de afecto que demostró por mí y mi familia, hay dos que fueron trascendentales para nosotros y que nunca olvidaremos.

Ramón, sabio y gran profesor, era de gran ternura con su familia y orgulloso de ella, siempre recordaba que fue su madre su primera gran maestra cuando estuvo enfermo de niño.

Hay mucho para compartir de la vida de Ramón, ya vendrá el tiempo de ir recordando anécdotas y encuentros, por ahora me queda por decirte querido amigo, gracias por tu amistad, hoy ya habrás conocido personalmente a tu admirado San Francisco y estarás descansando en Paz.

Recuerdo de Arturo Marcano

Arturo Marcano. Ciudad Guayana, Venezuela

El profesor Aguilar con el profesor Arturo Marcano tras recibir la distinción de Miembro Honorario de la IAHR durante el 34º Congreso Mundial de la IAHR en Brisbane, Australia, en julio de 2011.Ramón Fuentes Aguilar, distinguido miembro de la comunidad hidráulica internacional falleció el pasado miércoles 27 de enero, en Santiago de Chile a la edad de 82 años. Incansable investigador en diversidad de áreas a través de su productiva vida profesional de casi 60 años. Deja un legado importante en contribuciones en el campo científico y humano, en la gestión del conocimiento en numerosos estudiantes y profesionales, hoy destacados especialistas, científicos y líderes en el área hidroambiental a quienes formó en largos años de docencia. Defensor a ultranza del campo de Modelaje Físico, muestra una prolija participación de más de una centena de estudios e investigaciones. Trabajó como consultor internacional, asesor y docente. Su muy destacada participación en la Asociación Internacional de Ingeniería e Investigaciones Hidroambientales (IAHR), permitió conferirle en 2011 la más alta distinción de Miembro Honorario.

El Profesor Fuentes se graduó de Ingeniero Civil en la Universidad de Chile en 1964, obteniendo adicionalmente el título de Ingeniero hidráulico y de Doctor en La Universidad de Grenoble, Mención Física en los años 1967 y 1969, respectivamente. Desde 1964 trabajó como investigador en el Laboratorio de Hidráulica de la Universidad de Chile hasta 1975, cuando fue nombrado Jefe del Laboratorio.  Fue miembro fundador de la Sociedad Chilena de Ingeniería Hidráulica y miembro del Comité Regional de la Asociación Internacional de Investigaciones Hidráulicas, IAHR, en el lapso 1972-1976. Ya en reuniones previas en los años 60 había participado en las discusiones preliminares que condujeron a la creación de la División Latinoamericana, la primera División Regional de IAHR, que ha realizado a esta fecha 28 congresos. Allí ejerció su Secretaría Ejecutiva en el periodo 1978-2006, participando en la mayoría de estos congresos como organizador, ponente y conferencista. En IAHR, ha sido Miembro del Comité de Métodos Experimentales en Hidráulica, de Mecánica de Fluidos e Hidráulica Fluvial. Formo parte de la Comisión de Estructuración del IAHR (1984-1987).

En la foto: el profesor Aguilar con el profesor Arturo Marcano tras recibir la distinción de Miembro Honorario de la IAHR durante el 34º Congreso Mundial de la IAHR en Brisbane, Australia, en julio de 2011.

En el año 1976 viaja a Venezuela, donde permanece por 14 años y se incorpora inmediatamente a la investigación teórica y aplicada, en el Laboratorio Nacional de Hidráulica, ocupando los cargos de Jefe de laboratorio y de la División de Investigación del LNH logrando desarrollar más de 40 estudios sobre Modelos Físicos. En ese periodo participa como Profesor en los cursos de Postgrado de las Universidad Central de Venezuela, y en la Universidad de Los Andes.

En 1988 regresa a su Chile natal, y se incorpora como Asesor Industrial y Consultor mayormente contribuyendo mediante aplicaciones numéricas y experimentales en la industria Metalúrgica. Realizo numerosas colaboraciones como asesor de empresas públicas y privadas en diversas disciplinas como minería, relaves, transporte de concentrados, dragados, obras hidráulicas, flujos transitorios, entre otros, en Chile, Venezuela, Zaire, Costa Rica, República Dominicana, Níger.

Participó como docente en innumerables cursos de pre y postgrado y de extensión profesional impartiendo conocimientos en diversidad de tópicos a través de clases y conferencias, en mecánica de fluidos, técnicas de medición, fenómenos de transporte en metalurgia, métodos numéricos en ingeniería civil y metalúrgica, modelos hidráulicos, mecánica de transporte de sedimentos, riego y drenaje, bombas, hidráulica pr- hispánica, en Costa Rica, Chile, Argentina, India, Venezuela, Colombia. Su trayectoria intelectual incluyó la autoría de más de 150 artículos presentados en revistas, conferencias y congresos.  

Ramón Fuentes será recordado como un notable investigador, inspirador personaje de profundo pensamiento, cálido compañero de reuniones técnicas y sociales, generoso e integrador en su visión de intelectual, practico en la aplicación de sus conocimientos. Gran conversador de arte, ciencia, maestro para quienes lo conocimos y tuvimos el privilegio de compartir con él por tantos años en un universo de temáticas. Con su partida, sin duda la comunidad hidráulica latinoamericana ha perdido a uno de sus mejores exponentes.

Ramón Fuentes y su paso por Venezuela, por José Luis López

José Luis López. Caracas, Venezuela

El Dr. Ramón Fuentes arriba a Venezuela en 1976, huyendo de la dictadura de Pinochet, después de 10 años de estar trabajando en el Laboratorio de Hidráulica de la Universidad de Chile en Santiago, donde era su director. Se había graduado como Ingeniero Civil en esa misma universidad en el año 1964 y había obtenido un doctorado por la Universidad de Grenoble en 1969. En Caracas comienza a trabajar en el Laboratorio Nacional de Hidráulica (LNH) como investigador titular y en paralelo inicia su labor docente en la Escuela de Ingeniería Metalúrgica de la Universidad Central de Venezuela (UCV). En esta última dicta materias de pregrado y postgrado relacionadas con fenómenos de transferencia y mecánica de suspensiones.

Es en la UCV donde conozco a Ramón, el año 1978, estando yo recién llegado de terminar el doctorado en la Universidad Estatal de Colorado, USA, habiéndome incorporado como investigador al Instituto de Mecánica de Fluidos adscrito a la Facultad de Ingeniería de dicha universidad. En nuestro instituto Ramón comienza a enseñar la materia “Fenómenos experimentales y modelos hidráulicos”, y luego, con el auge que comenzaban a tener los modelos matemáticos y el computador en esa época, comenzamos en 1980 a dictar en conjunto un curso nuevo que denominamos “Métodos numéricos en ingeniería hidráulica”, seguido de otro denominado “Dinámica de fluidos computacional”, ambos a nivel del postgrado que ofrecíamos en ingeniería hidráulica.

Durante los 12 años que estuvo en el LNH y en la UCV (1976-1988), hizo estudios e investigaciones sobre variados problemas en hidráulica y mecánica de fluidos, tales como análisis de aforadores de caudal, flujo con superficie libre, movimiento incipiente de sedimentos, socavación en pilas, coeficientes de rugosidad y sedimentación de partículas. Estos conocimientos fueron aplicados en el estudio de diversas obras hidráulicas de nuestro país a través de ensayos en modelos hidráulicos. De esta forma, Ramón lideró el diseño y construcción de modelos hidráulicos de las obras de evacuación de la Presa La Honda en el desarrollo hidroeléctrico Uribante Caparo, así como las compuertas de fondo de la Presa La Vueltosa y las obras de descarga en la Presa Taguaza. Igualmente son conocidos los modelos de fondo móvil elaborados para analizar problemas en los ríos Arauca (difluencia Arauca-Bayoneros) y Apure.

Posteriormente, entre los años 1987 y 1990, Ramón se muda a la Universidad de Los Andes en Mérida, para trabajar en conjunto con el Prof. Julián Aguirre quien lideraba un importante grupo de investigación en flujos torrenciales en el Centro de Investigaciones Hidráulicas y Mecánica de Fluidos (CHIDRA) de dicha universidad. Con el Prof. Aguirre realizó investigaciones sobre resistencia al flujo en canales de alta pendiente cuyos resultados fueron publicados en las revistas de mayor prestigio a nivel internacional.

Ramón Fuentes estuvo 14 años en Venezuela (1976-1990). Los resultados de sus estudios e investigaciones en nuestro país fueron plasmados en numerosos reportes técnicos, así como en decenas de artículos presentados en revistas y congresos a nivel nacional e internacional. Dejó una huella imborrable: las numerosas publicaciones que se encuentran en las bibliotecas del LNH, UCV y ULA dan testimonio de ello. Es indudable que Ramón hizo aportes importantes en el campo de la hidráulica experimental y los modelos hidráulicos en nuestro país.

Ramón Fuentes dejó muchas amistades, fue muy apreciado por sus conocimientos y por su permanente disposición a transmitirlos. En una época donde no había internet, el investigador tenía que acudir largas horas a la biblioteca para buscar alguna referencia sobre un tópico determinado. Sin embargo, había otra opción: preguntarle a Ramón, quien era una enciclopedia viviente y uno tenía la certeza de que te daría la respuesta o referencia que estabas buscando.

En Caracas, Ramón vivió en la urbanización Santa Mónica. Lo recuerdo manejando en un vehículo muy grande y a poca velocidad, con mucha parsimonia. En realidad, Ramón no era muy hábil al volante. Yo le decía que era porque nunca había jugado pelota (futbol o béisbol), lo cual ayuda a desarrollar habilidades como visión periférica, reflejos y tiempos de respuesta.

Ramón era una persona muy culta. Además de sus conocimientos científicos, era gran conocedor de las artes plásticas, la música, la literatura y la política. Siempre comentaba que Venezuela era un país creador de grandes músicos y pintores. Se podía hablar de cualquier tema con Ramón, menos de deportes.

Profesor, compañero, amigo y ejemplo para el futuro, por Jaime Iván Ordóñez

Jaime Iván Ordóñez. Bogotá, Colombia

Conocí al profesor Ramón Fuentes Aguilar en los años setenta, durante los primeros congresos latinoamericanos a los que asistí. Lo recuerdo siempre en compañía de nuestro también apreciado amigo el profesor Julián Aguirre de Venezuela, durante la época en que Ramón estuvo radicado en ese país. En un principio fue la amistad casual de los colegas en un congreso, desde luego estimulada por la admiración de su interesante conversación en temas de hidráulica y de su vasto conocimiento cultural; pronto llegaría la amistad cercana de quienes persiguen el mismo ideal técnico y espiritual de compartir y extender el conocimiento, y finalmente, la camaradería y el trato íntimo, caluroso y fraternal de los amigos del alma que se entienden, se aprecian, y buscan el apoyo mutuo en sus quehaceres.

Dentro de lo más importante para nuestra continuada relación como miembros de la LAD-IAHR, Ramón seguirá siendo un punto de referencia para nuestro quehacer como ingenieros hidráulicos por sus cuantiosos conocimientos científicos, consignados en tantos artículos fundamentales para el conocimiento de nuestra ciencia. También como un ejemplo de dedicación y afecto por nuestra asociación y por sus miembros, su formidable ejemplo como secretario permanente de la División Latinoamericana de la IAHR debe ser continuado con los mismos lineamientos, profundidad y alcance que él nos señaló. Sin Ramón no hubiera existido el contacto frecuente entre los investigadores de los diferentes países, ni el apropiado desarrollo de los congresos, que tanto nos han unido y ayudado en nuestro devenir científico y profesional. Es claro que Ramón era un Hombre de la Hidráulica, un ser humano especial, y un excelente profesor y amigo de todos nosotros. 

“Se ha perdido un notable genio, que siento que será irrepetible e inalcanzable”. Raúl Lopardo. Buenos Aires, Argentina. 

Recopilación de Julio Kuroiwa, LAD-IAHR. 


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